Para que el efecto estético se produzca, es necesario que un objeto del mundo exterior (o su reproducción capaz de ser representada) coincida con el comportamiento receptivo de un individuo que lo vive. Como factores igualmente esenciales, en dicho efecto estético se combinan un factor objetivo y un factor subjetivo; uno exige, apremiantemente, el obligado complemento del otro. Y es que una determinación satisfactoria de la objetividad estética tropieza con dificultades difícilmente superables ya que son tan distintas las cosas que pueden provocar en quien las contempla o vive la misma impresión, que resulta muy complejo, y en el fondo imposible, reducir a una expresión general y sintética las premisas objetivas. Por otra parte, como aduce Külpe en su libro Grundlagen, el objeto estético sólo es un objeto especial siempre y cuando que, ante él, se adopte un comportamiento estético.
Y heme aquí, en absorta contemplación del objeto que el artista Isnel Planas Pérez ha escogido para nuestro disfrute: la Tierra, esa que para él siempre tiene como misión estimular la vida aproximándola a otra vida con la que pueda simpatizar; es una estimulación indirecta, por inducción. Todas las artes, en el fondo, no son sino múltiples maneras de condensar la emoción individual para hacerla inmediatamente trasmisible a otra persona para hacerla, de algún modo, sociable. Si me emociona la vista de un objeto representado es porque esa representación me enseña que un alma ha penetrado la esencia de las cosas y la ha transformado para provocar en mi, placer.
Como acorde conveniente en la divina sinfonía de formas y colores, de tramas y urdimbres, de texturas infinitas que brinda la Tierra, esta visión a la que pudiéramos llamar geoarte, o los usuales en idioma inglés earth art o land art, que nos regala este artista, nos asoma a una ventana en la que ritmo, tono, armonía y melodía se funden en cada obra de tal manera que resulta, a nuestro sistema de sensaciones y percepciones, como el acorde triple al sistema armónico tradicional: quietud y coronación.
No existe ninguna definición de la belleza de la que pueda decirse que haya sido objeto de universal aceptación pero si podemos asegurar que para los antiguos, la teoría fundamental de lo bello estaba enlazada con las nociones de ritmo, simetría y armonía de partes; en una palabra, con la fórmula general de unidad en la diversidad. Estas categorías que el paisaje natural muestra a los ojos de todos los humanos aparecen, en las obras que Planas nos regala, verdaderamente transfiguradas no ya desde su propio origen sino más allá: este artista las recontextualiza desde las múltiples formas de representación que las Ciencias Naturales han ideado para visualizar, a través de los mapas, las partes visibles o invisibles de la Tierra y los fenómenos que en ella tienen ocurrencia.
Esta nueva y original visión, en la que prima el sepia, me permite repetir algo que expresara el intelectual camagüeyano Rafael Almanza en otras palabras para otro catálogo: “El sepia lo denuncia y lo mancha para devolverlo a la Tierra...........el sepia que lo libera porque lo encarna”. Estos “mapas”, en sepia, son también una “abstracción para la posesión humana del mundo” como también dijera Almanza. Ahora Planas nos devuelve ese Mundo, esa Tierra, a su imagen y semejanza. Crucemos pues ese pequeño espacio que ocupa esta muestra y veremos entonces cómo se agiganta.
Ing. Carlos Antonio García Donéstevez
Centro de Documentación
Consejo Provincial de las Artes Plásticas
Enero 2009
Y heme aquí, en absorta contemplación del objeto que el artista Isnel Planas Pérez ha escogido para nuestro disfrute: la Tierra, esa que para él siempre tiene como misión estimular la vida aproximándola a otra vida con la que pueda simpatizar; es una estimulación indirecta, por inducción. Todas las artes, en el fondo, no son sino múltiples maneras de condensar la emoción individual para hacerla inmediatamente trasmisible a otra persona para hacerla, de algún modo, sociable. Si me emociona la vista de un objeto representado es porque esa representación me enseña que un alma ha penetrado la esencia de las cosas y la ha transformado para provocar en mi, placer.
Como acorde conveniente en la divina sinfonía de formas y colores, de tramas y urdimbres, de texturas infinitas que brinda la Tierra, esta visión a la que pudiéramos llamar geoarte, o los usuales en idioma inglés earth art o land art, que nos regala este artista, nos asoma a una ventana en la que ritmo, tono, armonía y melodía se funden en cada obra de tal manera que resulta, a nuestro sistema de sensaciones y percepciones, como el acorde triple al sistema armónico tradicional: quietud y coronación.
No existe ninguna definición de la belleza de la que pueda decirse que haya sido objeto de universal aceptación pero si podemos asegurar que para los antiguos, la teoría fundamental de lo bello estaba enlazada con las nociones de ritmo, simetría y armonía de partes; en una palabra, con la fórmula general de unidad en la diversidad. Estas categorías que el paisaje natural muestra a los ojos de todos los humanos aparecen, en las obras que Planas nos regala, verdaderamente transfiguradas no ya desde su propio origen sino más allá: este artista las recontextualiza desde las múltiples formas de representación que las Ciencias Naturales han ideado para visualizar, a través de los mapas, las partes visibles o invisibles de la Tierra y los fenómenos que en ella tienen ocurrencia.
Esta nueva y original visión, en la que prima el sepia, me permite repetir algo que expresara el intelectual camagüeyano Rafael Almanza en otras palabras para otro catálogo: “El sepia lo denuncia y lo mancha para devolverlo a la Tierra...........el sepia que lo libera porque lo encarna”. Estos “mapas”, en sepia, son también una “abstracción para la posesión humana del mundo” como también dijera Almanza. Ahora Planas nos devuelve ese Mundo, esa Tierra, a su imagen y semejanza. Crucemos pues ese pequeño espacio que ocupa esta muestra y veremos entonces cómo se agiganta.
Ing. Carlos Antonio García Donéstevez
Centro de Documentación
Consejo Provincial de las Artes Plásticas
Enero 2009